sábado, 15 de noviembre de 2014

Adiós al fútbol

Fútbol y literatura se vuelven a dar la mano gracias a Velerio Magrelli. Italiano nacido en Roma, es traductor, poeta y ensayista además de profesor de Literatura francesa en las Universidades de Cassino y Pissa. Fanático del deporte rey, nos narra sus experiencias desde tres puntos de vista: el del aficionado, desde que era crío hasta el presente; cuando se calza las botas para jugar; y a través de su retoño, cuya 'pasión' a través de la Play Station le cuesta comprender. Sirva también como crítica a los 'nuevos futboleros' que se están creando hoy en día. 

Acostumbro a coger este tipo de libros con suma cautela, sobre todo porque el "fútbol literario" comencé a leerlo hace unos años a través de autores sudamericanos y pasaba del entretenimiento a la sensación de comerme un bocadillo de polvorones en el desierto. La extensión de la obra, el formato y que sea un estilo más europeo, hace de Adiós al fútbol una obra entretenida para pasar la tarde.

Addio a calcio, del 2010, se publicó en castellano a través de la editorial aragonesa Xordica en octubre del pasado 2013. En la portada de la edición española aparecen los que fueran jugadores del Zaragoza a mediados de los 70:  José Luis Violeta y Saturnino Arrúa.

Sinopsis:

El protagonista de Adiós al fútbol cuenta en noventa textos, uno por minuto, como si fueran los dos tiempos de un emocionante partido, su personal universo futbolístico, lleno de inteligentes y divertidas reflexiones, en el que caben Maradona, Borges y Bioy Casares, la Play Station, Mallarmé, los futbolines (y su eterna polémica sobre quién los inventó), el Dinamo de Moscú, el Inter o la Roma, y el lector acaba atrapado por esa pasión por el fútbol, considerado como un género dramático. No faltan agudas observaciones sobre su repercusión mediática, sobre esos jugadores legendarios que acaban, como juguetes rotos, trabajando de vigilantes en piscinas municipales, o sobre la inconveniencia de que los héroes, es decir los futbolistas, visiten las peñas de sus equipos, pues debe mantenerse a toda costa la distancia entre los sacerdotes del rito y los feligreses.
La gran literatura discurre por todos y cada uno de los noventa minutos de este disputado partido, de este festín de goles, palabras y balones con el que todos los buenos aficionados al fútbol y a la literatura se darán un enorme atracón.