Seguro que mucha gente duda si por la
calle se le pregunta en qué continente se encuentra Israel. Muchos
pensarán en las áridas tierras que se ven habitualmente en las
noticias y lo ubicarán rápido; pero si les hablas de deporte y les
despistas con el amarillo del Maccabi no serían pocos los que
responderían que está en Europa. Se ve con total normalidad que
Israel participe en competiciones europeas. No solo deportivas,
también participan en Eurovisión. El recelo mutuo que tiene con los
países vecinos hace que el Estado israelí mire más a Europa que a
su entorno.
¿Por qué juega el Real Madrid esta
semana en La Mano de Elías? La respuesta es conocida por todos, pero
¿desde cuándo la Federación de Baloncesto de Israel pertenece a
FIBA Europa? Realmente la respuesta es muy sencilla, ya que el
baloncesto israelí se incorporó rápidamente a la estructura y
competiciones europeas. No fue así en el caso de la federación de
fútbol.
La FIBA se fundo en 1932 con 8 países
miembros: Argentina, Letonia, Grecia, Italia, Portugal, Rumanía,
Checoslovaquia y Suiza. Por otro lado, lo que hoy es la Federación
Israelí de Baloncesto se fundó en 1934. Si bien en su día era la
Federación Palestina de Baloncesto, tornándose en israelí tras los
cambios acaecidos después de la II Guerra Mundial y que no vamos a
entrar a analizar ahora. La Federación se incorporó a la FIBA en
1938 y entró en FIBA Europa en 1954. El caso de la Federación de
Fútbol fue más rocambolesco. Fundada en 1928 como Asociación de
Fútbol de Palestina, entró en la FIFA en 1929. En 1956, ya como
Asociación de Fútbol de Israel, fue aceptada por la AFC
(Confederación Asiática de Fútbol). Esto no sentó bien en los
países musulmanes del entorno, cuyas tensiones políticas con el
Estado de Israel iban en aumento. Al final los países árabes y
musulmanes se negaron a jugar contra Israel y la AFC expulsó a la
federación israelí. Estuvieron 20 años sin asociarse con
federación alguna jugando alternativamente en competiciones de la
UEFA y la OFC (Confederación de Fútbol de Ocenía). Sería
finalmente la asociación europea quien admitiría a los israelíes
en 1991, pasando a disputar las competiciones organizadas por la UEFA
tanto a nivel de clubes como de selecciones.
Pero volvamos al baloncesto.
Concretamente al rival del jueves, el Maccabi de Tel Aviv. Que el
viaje de la federación de baloncesto fuese más suave que su
homóloga en fútbol, no libra de tensiones la participación
maccabea en el viejo continente. En 1958 disputó por primera vez la
Copa de Europa. Fue casi dos décadas después, en 1977, cuando
lograron su primer título continental. En la final del Belgrado
derrotaron al Mobilgirgi Varese por 78-77. Pero aquel título se
recuerda más por lo sucedido en semifinales, donde derrotaron al
CSKA de Moscú. Al prestigio de los equipos soviéticos, solo
contestado por el Real Madrid y algún equipo italiano, se añadió
que los moscovitas se negaron a jugar en Tel Aviv. Hay que añadir el
componente político; la URSS apoyó a los enemigos israelíes en las
guerras árabe-isrelíes. El partido se disputó en Bruselas y la
victoria sobre los moscovitas fue vista como una venganza de
mencionadas tensiones políticas. No fue la única vez que Bruselas
acogería encuentros entre ambos equipos. Ni el Maccabi pisaba suelo
soviético ni el CSKA territorio judío. No fue hasta el 12 de enero
de 1989 cuando jugaron su primer partido en la URSS.
También en 1991 la FIBA advirtió a la
federación de Israel que sus equipos debían jugar la competición
continental en suelo neutral. Fue fruto de las escalada de tensión
que se vivió en el Golfo Pérsico, donde Irak amenazó directamente
a Israel en caso de que estallase el conflicto bélico. La FIBA
adoptó esta decisión por las quejas recibidas de los clubes de
Grecia, Italia, la RFA y España. El CAI Zaragoza disputaba la Recopa
y se tenía que enfrentar el día 22 de enero al Hapoel Galil Elion.
El Barza tendría que viajar a Tel Aviv en marzo para jugar contra el
Maccabi, pero no se quejó formalmente a la FIBA esperando la
resolución de ésta. De nuevo sonaba Bruelas como sede, pero el
encuentro del CAI se acabó aplazando y el Barcelona sí viajó a Tel
Aviv.